{image}http://www.eldia.com.co/images/stories/211008/desempleo2.jpg{/image}Más de 20 millones de desempleados en el mundo, es decir casi 210 millones de personas quedaran sin empleo el próximo año, aseguro la Organización Internacional del Trabajo OIT.
Juan Somavia director de la OIT responde “Debemos hablar sobre la crisis financiera en términos de lo que les sucede a los seres humanos”, asevero que es necesario que los gobiernos creen planes de emergencia para enfrentar la crisis crediticia, considerando los US$700.000 millones de dólares que el presidente Busch pidió al congreso seá dirigido a los sistemas de pensiones para evitar una caída mas profunda de la situación.
En Colombia el presidente Uribe en consonancia con el ministro de la protección social Diego Palacio pidió al emisor al Banco de la República bajar las tasas, ya que recordó que la crisis va impactar la generación de empleo.
Dice Saramago: “Crímenes contra la humanidad no son solo los genocidios, los etnocidios, los campos de muerte, las torturas, los asesinatos selectivos. Crimen contra la humanidad es el que los poderes financieros y económicos de Estados Unidos, con la complicidad efectiva o tácita de su gobierno, fríamente han perpetrado contra millones de personas en todo el mundo, amenazadas de perder el dinero que les queda después de, en muchísimos casos, haber perdido su única y cuántas veces escasa fuente de rendimiento, es decir, su trabajo.”
El llamado profeta de la crisis amplio su decálogo de soluciones para amortiguar la crisis. el economista estadounidense Nouriel Roubini profesor de la Stern School of Business Universidad de Nueva York expone:
«Son necesarios grandes cambios en política económica y acciones muy radicales y coordinadas en todas las economías avanzadas y emergentes para evitar la debacle», asegura el experto estadounidense. En concreto propone siete medidas; las siguientes.
1. Bajada de los tipos de interés (medida encaminada a favorecer el consumo y desahogar la presión sobre quienes están endeudados).
2. Fijación de una garantía general para todos los depósitos bancarios, al tiempo que se distinguen las entidades insolventes que deben ser cerradas, las que deben ser nacionalizadas y las que requieren de inyecciones de capital público para sobrevivir. Esta acción aumentaría, presuntamente, la confianza de los ahorradores.
3. Fomento de medidas para reducir la carga de deuda insolvente de los hogares y congelación temporal de todas las ejecuciones hipotecarias.
4. Entrega masiva e ilimitada de liquidez a las instituciones financieras solventes.
5. Facilidades para la refinanciación de la deuda a corto plazo de las corporaciones y pequeñas empresas.
6. Estímulo fiscal masivo y directo de los gobiernos que incluya obras públicas, gasto en infraestructura, beneficios al desempleo y devoluciones de impuestos a los hogares con menores ingresos.
7. Acuerdos internacionales entre países con superávits de cuenta corriente y países deudores para ordenar los procesos de financiación de los déficits.
Todos estos analistas concuerdan que lo peor de la crisis no se han visto y las consecuencias sociales que acarreara serán de magnitud aun desconocida.
Ya como decía Saramago.
¿Quién resuelve el problema de los desempleados (no los he contado, pero no dudo de que ya son millones) víctimas del crash y qué desempleados seguirán, durante meses o años, malviviendo de míseros subsidios del Estado mientras los grandes ejecutivos y administradores de empresas deliberadamente conducidas a la quiebra gozan de millones y millones de dólares cubiertos por contratos blindados que las autoridades fiscales, pagadas con el dinero de los contribuyentes, fingen ignorar?
En Colombia el presidente Uribe en consonancia con el ministro de la protección social Diego Palacio pidió al emisor al Banco de la República bajar las tasas, ya que recordó que la crisis va impactar la generación de empleo.
Dice Saramago: “Crímenes contra la humanidad no son solo los genocidios, los etnocidios, los campos de muerte, las torturas, los asesinatos selectivos. Crimen contra la humanidad es el que los poderes financieros y económicos de Estados Unidos, con la complicidad efectiva o tácita de su gobierno, fríamente han perpetrado contra millones de personas en todo el mundo, amenazadas de perder el dinero que les queda después de, en muchísimos casos, haber perdido su única y cuántas veces escasa fuente de rendimiento, es decir, su trabajo.”
El llamado profeta de la crisis amplio su decálogo de soluciones para amortiguar la crisis. el economista estadounidense Nouriel Roubini profesor de la Stern School of Business Universidad de Nueva York expone:
«Son necesarios grandes cambios en política económica y acciones muy radicales y coordinadas en todas las economías avanzadas y emergentes para evitar la debacle», asegura el experto estadounidense. En concreto propone siete medidas; las siguientes.
1. Bajada de los tipos de interés (medida encaminada a favorecer el consumo y desahogar la presión sobre quienes están endeudados).
2. Fijación de una garantía general para todos los depósitos bancarios, al tiempo que se distinguen las entidades insolventes que deben ser cerradas, las que deben ser nacionalizadas y las que requieren de inyecciones de capital público para sobrevivir. Esta acción aumentaría, presuntamente, la confianza de los ahorradores.
3. Fomento de medidas para reducir la carga de deuda insolvente de los hogares y congelación temporal de todas las ejecuciones hipotecarias.
4. Entrega masiva e ilimitada de liquidez a las instituciones financieras solventes.
5. Facilidades para la refinanciación de la deuda a corto plazo de las corporaciones y pequeñas empresas.
6. Estímulo fiscal masivo y directo de los gobiernos que incluya obras públicas, gasto en infraestructura, beneficios al desempleo y devoluciones de impuestos a los hogares con menores ingresos.
7. Acuerdos internacionales entre países con superávits de cuenta corriente y países deudores para ordenar los procesos de financiación de los déficits.
Todos estos analistas concuerdan que lo peor de la crisis no se han visto y las consecuencias sociales que acarreara serán de magnitud aun desconocida.
Ya como decía Saramago.
¿Quién resuelve el problema de los desempleados (no los he contado, pero no dudo de que ya son millones) víctimas del crash y qué desempleados seguirán, durante meses o años, malviviendo de míseros subsidios del Estado mientras los grandes ejecutivos y administradores de empresas deliberadamente conducidas a la quiebra gozan de millones y millones de dólares cubiertos por contratos blindados que las autoridades fiscales, pagadas con el dinero de los contribuyentes, fingen ignorar?