El Ministerio de la Protección esperaba más de 20.000 diagnósticos de enfermedad profesional, cuya retribución económica y asistencial es mayor para los trabajadores que cuando es enfermedad común.
 

Los trabajadores colombianos pierden miles de millones de pesos al no contar con un acertado diagnóstico de enfermedades laborales que son clasificadas como enfermedad común, diferencia que tiene grandes efectos económicas.

Y es que los afiliados a las Administradoras de Riesgos Profesionales (ARP) que se enferman por causas derivadas de su trabajo son muchos más que lo que reportan los diagnósticos, aunque estos crecieron 52,9 por ciento en el 2006.

Hace dos años se diagnosticaron 1.909 enfermedades profesionales, reporte que subió a 2.935 en el 2006, pero aun así la cifra está muy por debajo de las proyecciones con base en metodologías de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En efecto, una investigación del Ministerio de la Protección muestra que los diagnósticos de enfermedades profesionales deberían superar los 20.000, pero en el 2006 no alcanzaron ni a la sexta parte.

Un ejemplo puede ilustrar la pérdida en que incurre un trabajador que se gana el salario mínimo si una enfermedad de tipo laboral se diagnostica como común y lo incapacitan por 10 días. La EPS a la que esté afiliado y a la cual tuvo que pagarle la cuota moderadora, los exámenes pertinentes y los medicamentos le reconoce 95.414 pesos de subsidio por esos 10 días (así se le llama al monto de la incapacidad). El trabajador deja de recibir ese mes 49.146 pesos.

Si, por el contrario, el diagnóstico es enfermedad profesional, la ARP asume todos los gastos asistenciales y, tan importante como esto, le paga el salario completo de los 10 días de la incapacidad.

Incapacidades más prolongadas amplían la pérdida para el trabajador: si son 30 días, recibe de la EPS 286.242 pesos en lugar de los 433.700 pesos que le reconoce la ARP. La diferencia es de 147.458 pesos.

La brecha es mayor si se tiene en cuenta que cualquier afiliado a riesgos profesionales al que le diagnostiquen enfermedad laboral o que como resultado de esta se incapacite, quede inválido o muera tiene derecho a las prestaciones asistenciales y económicas (estas son para incapacidad temporal o permanente parcial, pensión de invalidez, pensión de sobrevivientes o auxilio funerario).
Según el Ministerio de la Protección, en el 2004 se diagnosticaron 2.497 casos de enfermedad profesional de más de 20.000 esperados. Su costo asistencial ese año se estimó en 1.654 millones 669.511 pesos y las prestaciones económicas en 8.078 millones 693.920 pesos, para un total de 9.733 millones 363.431 pesos.

Para el ministro Diego Palacio, a pesar de que el diagnóstico de enfermedad profesional ha venido aumentado en los últimos años, "su subregistro aún se considera elevado".

Para el 2007, la situación no cambia mucho: entre enero y abril los diagnósticos sumaron 1.134. De continuar esta tendencia al final de año se contabilizarían 3.402 diagnósticos, que no obstante aumentar 15,9 por ciento frente al 2006, continuarían muy lejos de las proyecciones.

La baja tasa de enfermedad profesional en Colombia, dice el experto Javier González, no obedece a causa distinta que al subdiagnóstico. Y este, que no existe solo en Colombia, según responsables del área de riesgos profesionales del Ministerio, tiene que ver con que los médicos no están preparados académicamente para detectar enfermedades laborales.

2.935 casos de enfermedades profesionales se diagnosticaron el año pasado, muy por debajo de los 20.000 que deberían detectar los médicos.

A diagnosticar mejor

Para el ministro Diego Palacio, el incremento de trabajadores afiliados a las Administradoras de Riesgos Profesionales (ARP) se traduce en un aumento de los reportes de accidentalidad y enfermedad de origen laboral.

Desde finales del 2002 hasta abril pasado, los afiliados a las ARP pasaron de 4,2 millones a 5,8 millones.
El aumento en el número de enfermedades de origen laboral diagnosticadas, dijo, es un reflejo de esta mayor cobertura y de las campañas de capacitación, seguimiento y control para evitar el subregistro, que alcanza proporciones significativas.

Las enfermedades de origen laboral más diagnosticadas en el sistema de riesgos profesionales son el síndrome de túnel carpiano (desórdenes músculo esqueléticos), la sordera neurosensorial y la dermatitis ocupacional.

JORGE CORREA C.
REDACCIÓN DE ECONOMÍA Y NEGOCIOS

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