Ciudadela Sucre, la comuna cuatro en el municipio de Soacha, hoy por fin tiene agua.  Localizada en la parte sur occidente de Bogotá, se encuentra hace mas de 20 años una ciudad fabricada por el destierro de aquellos que  llegaron del campo, sus casas, muchas de ellas construidas en latas y pequeños retazos de cartón de carpeta por que protege mejor del frío, hoy se encuentra recibiendo, el regalo mas preciado que la madre tierra pudo haber dado; el  agua.
 
A pocos kilómetros de asombrosos y grandes nacimientos de este preciado liquido, se levanta la Ciudadela Sucre, un acumulado de tugurios, encima de las montañas sureñas bogotanas; ramificaciones de la cordillera oriental, del mismo que se desprende el Páramo mas grande del planeta el páramo de Sumapaz, rodeado por una asombrosa belleza de paisajes decorados con frailejones y ramas acuáticas, sumergidas en tan colosal montaña de agua que vierte a parte de los departamentos de Cundinamarca y Tolima.

Y en medio de esto se levantan barrios informales, que apenas tienen acceso a un pedazo de lote que mal y bien les permite tender una luz de esperanza para cimentar pequeños pedazos de mangueras interconectadas por retazos de tela fuertemente sujetada, para que les llegue el preciado liquido, y ni que decir de las pequeñas antenas artesanales e improvisadas elaboradas con cordones y ganchos de ropa, donde se alcanza a coger captar con claridad señales televisivas.

Ésta es, desde hace 20 años una extraña y contradictoria situación, ¿como es posible que al lado de tan majestuosa reserva de agua, las comunidades que los circunda se encuentren en medio de lo que pareciese un desierto?.  La Historia de la comuna cuatro, es una de ellas.  Vecina de tres batallones de alta montaña que lo circundan como un tesoro forajido, cubierta de barro hasta lo mas accesible, y bañada por pequeños berjones de agua que apenas sirven para sembrar uno que otro racimo, los pelados de los colegios, salen de su acostumbrado horario de escuela detrás de tan añorado liquido, a las horas que sean y con grandes  galones salen a pelearse por quien carga mas  litros de agua, en medio de las clases, las letras, las palabras y las ideas, muchos de ellos esperan el día en que el camión suba para verter sus cantinas.

Empieza la jornada, muchos de ellos ya tienen lista y vacía, desde la semana pasada, sus ollas, baldes y hasta tanques gigantes en los cuales van a surtirse. Cada quincena, se cierran las puertas de muchos establecimientos, algunas pequeñas fábricas artesanales y escuelas no se abren, ese día.  Subimos y nos encontramos con una marcha, una marcha cotidiana que para los que vivimos en la ciudad, en la burbuja urbana medio acomodada nos asombra.  Camionetas, bicicletas, triciclos y pequeñas tablas construidas apenas si con ruedas suelen ser las que llevan el agua de la tanqueta a la casa.

Los soldados, como “buenos hombres de la patria”, apenas se ven murmullando a la muchacha que se levanta con brazos fuertes y bien entrenados entre la fila agujereada por un resplandor de caras desterradas y secas.  Parece todo un paisaje digno de estar escrito en los libros de García Márquez, otro pequeño Macondo que cuenta historias de vida de esperanza y amargura, de conflictos políticos y guerras absurdas, se tejen lazos de unidad y organización en búsqueda de una solución a los que todos, fuera de colores y  les aqueja, la falta de agua.

Mas de 30.000 habitantes, hoy ven por fin pueden ver el final de sus largas travesías acuáticas. Se inicia la construcción del acueducto  por La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá EAAB, será la encargada de realizar la obra, que tendrá un costo de 3.250 millones de pesos y extenderá una tubería de 3.230 metros de longitud de la red que sale de la capital del país.  Doña Trinidad Montenegro, del Comité de lucha por el agua, se quejó por la situación, aunque mostró su anhelo de que las promesas de las autoridades locales y nacionales se hagan pronto realidad.

Esperamos que esta situación se acabe lo mas pronto de lo que ya han esperado estos habitantes de tan humilde resguardo ciudadano. El agua es un derecho humano que debe esta por encima de intereses mercantiles y capitalistas, el agua es vida, salud y esperanza.






 


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