Señor Falcón Prasca, cuando se enuncia el respeto debe ser para practicarlo, pero contrario a ello, sus dos comunicaciones tienen todo menos una redacción respetuosa, decente, seria, y menos aún, verídica; aquí vale el dicho que cada quien cuenta el cuento a su acomodo. El lenguaje por usted utilizado en sus misivas, distan mucho de los postulados de los estatutos de la central, en el sentido de propender por fortalecer la unidad de los trabajadores y asegurar a sus integrantes la igualdad, la solidaridad, la libertad, el conocimiento, la tolerancia y la sana crítica.