{image}http://www.eldia.com.co/images/stories/150210/desempleo.jpg{/image}Sorprendente resulto la propuesta del Director de Planeación Nacional, Esteban Piedrahita, la cual consiste en sectorizar el salario mínimo, es decir, que no haya un salario mínimo para toda Colombia, sino que haya diferentes salarios mínimos, según la región a la que se pertenezca.
Esta audaz propuesta, de uno de los personajes de la vida nacional, que no gana el salario mínimo resulta irrisoria para los miles y millones de colombianos que tienen que sobrevivir devengando el salario mínimo le gal vigente, o una cuantía menor, lo cual los ha llevado a vivir en unas condiciones de vida muy precarias.
Muchos seguidores, entre ellos los empresarios colombianos, deben estar felices con estas propuestas, dado que estos siempre han pugnado por la disminución del salario mínimo, ya sea por una baja en el monto de cuantía, o a través de la eliminación de los parafiscales o por el desmonte total del salario mínimo.
Tomando las discusiones del salario mínimo, que en los últimos años han desarrollado las centrales obreras y los gremios patronales, y tomamos como base los estudios de los trabajadores donde muestran que para vivir mínimamente en Colombia en estos momentos debería el salario mínimo aproximadamente ser el doble de lo que hoy es, no nos imaginamos unas regiones del país, donde el salario mínimo sea menor que el actualmente legal.
Es decir, argumentos bajar el salario mínimo en regiones donde no hay industrias para incentivar la creación de empresas, es únicamente bueno para los empresarios, los cuales tendrían motivos para mover sus fabricas donde los salarios son bajos, perjudicando a las ciudades donde ya estaban establecidas las empresas con anterioridad.
Además, dando salarios mas bajos en las regiones mas deprimidas del país, no va a sacar de la pobreza a la gente que allí reside, sino simplemente lo que va a hacer es una trampa de pobreza, donde los únicos beneficiarios serán los empresarios, los cuales verán aumentar sus ganancias.
La culpa de la actual coyuntura económica que vivimos, que es el desempleo, no tiene sus problemas en el salario mínimo, y aunque cierto que hay trabas en este, ellas no son significativas.
El verdadero problema de la economía nacional reside en el modelo económico sobre la cual esta fundamentada, la cual ha llevado a un deterioro del poder adquisitivo de los colombianos y ello ha hecho que la demanda del país se haya deteriorado notablemente los últimos 20 años, además cuestiones como el frágil mercado interno, lo débil de la estructura industrial del país, el predominio de la inflación como meta económica, entre otros, ha llevado a que el desempleo en el país y con ello el deterioro de la demanda colombiana alcance cifras considerables.
Y no podríamos pensar que corregir todas estas fallas estructurales tengan su solución es disminuir el salario mínimo - porque no nos imaginamos que en algunas regiones, el salario mínimo este por encima que el actual vigente-, la solución es en cambiar los fundamentos sobre los cuales reposa la economía nacional y buscar el fortalecimiento del mercado interno, es decir, el desarrollo de las fuerzas productivas del país, acompañado de una relación salarial que les permita vivir a los colombianos dignamente.
Muchos seguidores, entre ellos los empresarios colombianos, deben estar felices con estas propuestas, dado que estos siempre han pugnado por la disminución del salario mínimo, ya sea por una baja en el monto de cuantía, o a través de la eliminación de los parafiscales o por el desmonte total del salario mínimo.
Tomando las discusiones del salario mínimo, que en los últimos años han desarrollado las centrales obreras y los gremios patronales, y tomamos como base los estudios de los trabajadores donde muestran que para vivir mínimamente en Colombia en estos momentos debería el salario mínimo aproximadamente ser el doble de lo que hoy es, no nos imaginamos unas regiones del país, donde el salario mínimo sea menor que el actualmente legal.
Es decir, argumentos bajar el salario mínimo en regiones donde no hay industrias para incentivar la creación de empresas, es únicamente bueno para los empresarios, los cuales tendrían motivos para mover sus fabricas donde los salarios son bajos, perjudicando a las ciudades donde ya estaban establecidas las empresas con anterioridad.
Además, dando salarios mas bajos en las regiones mas deprimidas del país, no va a sacar de la pobreza a la gente que allí reside, sino simplemente lo que va a hacer es una trampa de pobreza, donde los únicos beneficiarios serán los empresarios, los cuales verán aumentar sus ganancias.
La culpa de la actual coyuntura económica que vivimos, que es el desempleo, no tiene sus problemas en el salario mínimo, y aunque cierto que hay trabas en este, ellas no son significativas.
El verdadero problema de la economía nacional reside en el modelo económico sobre la cual esta fundamentada, la cual ha llevado a un deterioro del poder adquisitivo de los colombianos y ello ha hecho que la demanda del país se haya deteriorado notablemente los últimos 20 años, además cuestiones como el frágil mercado interno, lo débil de la estructura industrial del país, el predominio de la inflación como meta económica, entre otros, ha llevado a que el desempleo en el país y con ello el deterioro de la demanda colombiana alcance cifras considerables.
Y no podríamos pensar que corregir todas estas fallas estructurales tengan su solución es disminuir el salario mínimo - porque no nos imaginamos que en algunas regiones, el salario mínimo este por encima que el actual vigente-, la solución es en cambiar los fundamentos sobre los cuales reposa la economía nacional y buscar el fortalecimiento del mercado interno, es decir, el desarrollo de las fuerzas productivas del país, acompañado de una relación salarial que les permita vivir a los colombianos dignamente.
