Tras una constante devaluación del dólar, ante el resto de monedas del mundo, no todo ha sido malo para la economía local e internacional, la hipótesis de que las exportaciones son viables solo a través del mecanismo de la devaluación parece no aplicarse para la actual coyuntura por la que atraviesa el dólar.
Por un lado, el precio de los metales básicos como el oro, el cobre y el plomo han aumentado de precio, igual que el petróleo donde el barril de crudo ya llega a los 83 dólares (beneficioso para nuestra economía, la cual exporta este producto).
También ha aumentado el precio de las materias primas básicas, de las cuales Latinoamérica y Colombia exportan mucho hacia Estados Unidos y hacia Europa, aparte los mercados financieros se han mostrado estables en el mundo, lo que ha evitado la recesion que tanto se ha temido por el suceso de la crisis hipotecaria en Norteamérica.
En el ámbito nacional, aunque nuestros exportadores de textiles, banano, flores y demás productos que se exportan a los Estados Unidos dicen perder competitividad por la reevaluación del peso, este mismo proceso lo están viviendo sus competidores dado que todas las monedas del mundo están sufriendo el mismo proceso que el peso colombiano respecto al Dólar.
Otra cuestión fundamental, son que las ganancias de nuestros exportadores caen porque van a recibir menos pesos por cada dólar, pero a la vez sus deudas también caen ya que ahora tienen que pagar menos pesos por cada dólar que deben, y los indicadores económicos pueden ser beneficiosos para ellos.
Nuestros exportadores tienen que entender que en una situación de reevaluación, Estados Unidos no va a dejar de importar los productos, uno, porque ya hay contratos preestablecidos y segundo porque Norteamérica solo importa aquello que no puede producir en su tierra, porque es muy bien sabido que la producción Estadounidense es protegida y el 90% de lo que hacen, es para su consumo interno.
Esta crisis que vive Norteamérica respecto a todo el mundo es un síntoma de su decadencia y de la mala administración de Bush, por tanto nuestros exportadores deben buscar nuevos horizontes para ejercer su actividad económica, que no los haga vulnerable a una sola moneda.
Lo realmente preocupante de la reevaluación, es el aumento vertiginoso de las importaciones, una débil estructura económica como la nuestra, hace fácil la importación cuando esta se puede hacer y como en este momento se pueden encontrar productos mas baratos en el exterior, se hace rentable importar y esto si puede quebrar nuestra economía nacional y nuestras industrias.
Por eso es necesario, que el gobierno desarrolle una fuerte estructura económica que cubra primero el mercado nacional, donde nuestras industrias sean fuertes, donde haya un buen nivel de empleo, unos buenos salarios que garanticen unas buenas condiciones de vida, y no depender de las fluctuaciones económicas de las grandes potencias y de las especulaciones del sistema financiero internacional.
Si tiene algún comentario o sugerencia, escribanos aEsta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.
También ha aumentado el precio de las materias primas básicas, de las cuales Latinoamérica y Colombia exportan mucho hacia Estados Unidos y hacia Europa, aparte los mercados financieros se han mostrado estables en el mundo, lo que ha evitado la recesion que tanto se ha temido por el suceso de la crisis hipotecaria en Norteamérica.
En el ámbito nacional, aunque nuestros exportadores de textiles, banano, flores y demás productos que se exportan a los Estados Unidos dicen perder competitividad por la reevaluación del peso, este mismo proceso lo están viviendo sus competidores dado que todas las monedas del mundo están sufriendo el mismo proceso que el peso colombiano respecto al Dólar.
Otra cuestión fundamental, son que las ganancias de nuestros exportadores caen porque van a recibir menos pesos por cada dólar, pero a la vez sus deudas también caen ya que ahora tienen que pagar menos pesos por cada dólar que deben, y los indicadores económicos pueden ser beneficiosos para ellos.
Nuestros exportadores tienen que entender que en una situación de reevaluación, Estados Unidos no va a dejar de importar los productos, uno, porque ya hay contratos preestablecidos y segundo porque Norteamérica solo importa aquello que no puede producir en su tierra, porque es muy bien sabido que la producción Estadounidense es protegida y el 90% de lo que hacen, es para su consumo interno.
Esta crisis que vive Norteamérica respecto a todo el mundo es un síntoma de su decadencia y de la mala administración de Bush, por tanto nuestros exportadores deben buscar nuevos horizontes para ejercer su actividad económica, que no los haga vulnerable a una sola moneda.
Lo realmente preocupante de la reevaluación, es el aumento vertiginoso de las importaciones, una débil estructura económica como la nuestra, hace fácil la importación cuando esta se puede hacer y como en este momento se pueden encontrar productos mas baratos en el exterior, se hace rentable importar y esto si puede quebrar nuestra economía nacional y nuestras industrias.
Por eso es necesario, que el gobierno desarrolle una fuerte estructura económica que cubra primero el mercado nacional, donde nuestras industrias sean fuertes, donde haya un buen nivel de empleo, unos buenos salarios que garanticen unas buenas condiciones de vida, y no depender de las fluctuaciones económicas de las grandes potencias y de las especulaciones del sistema financiero internacional.
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