En un verdadero dilema se encuentra La Junta del Banco de la Republica, debido a la inflación que va en aumento y la devaluación del dólar que cada día se acentúa más y no parece detenerse.
La Junta central debe tomar una decisión este viernes, de subir, bajar o dejar quietas las tasas de interés, porque cualquier medida que tome creara un gran debate en todos los sectores económicos del país.
La situación se agrava con la crisis económica que se atraviesa a nivel internacional, donde la crisis hipotecaria en los Estados Unidos parece no ceder y llevar a este país al borde del colapso, el cual en un afán desesperado de evitar la crisis general, efectúa emisiones masivas de dólares, y los distribuye por el mundo, además de bajar sus tasas de interés internas, siguiendo los modelos económicos keynesianos para la reactivación de la economía.
Aunque la reserva federal emita dinero a diestra y granel, estas emisiones no están sustentadas en un aumento real de la producción material de bienes y servicios, esto hace devaluar la moneda verde respecto a otras monedas mundiales, en Colombia, la apreciación de nuestra moneda respecto al dólar en lo corrido del 2008 va en un 15.4%
Por su parte, el verdadero problema radica en la baja de las tasas de interesa internas, debido a que no se hace rentable invertir dinero en títulos de deuda publica en Estados Unidos dada la poca rentabilidad que se tiene de estos, y lo mas seguro, será que los dueños de estos grandes capitales buscaran otros países que les ofrezca una mayor rentabilidad.
Esta situación presentada en el ámbito internacional no seria un problema para Colombia, si no existiesen presiones inflacionarias en el país, pero los alimentos y los combustibles han puesto un velo temor en las autoridades monetarias locales donde se ve poco probable cumplir las metas de inflación fijadas para este año.
La Constitución Colombiana obliga al Banco de la Republica a mantener estable el poder adquisitivo de los colombianos, es decir, mantener la inflación en niveles cercanos a 0%, por tanto, presiones inflacionarias no hacen cumplir esta meta, para esto, el banco usa las tasas de interés internas para detener o acelerar dichas presiones.
Este método siempre ha sido utilizado por el banco pero siempre en un escenario de revaluacion del dólar respecto al peso colombiano y no en una situación contraria, es decir, de revaluacion del peso respecto al dólar.
Si el Banco de la Republica aumenta la tasa de interés, entraran dólares masivamente al país, por las mejores rentabilidades que se pueden obtener, situación que acelerara la devaluación del dólar y dejara muy mal parada la industria colombiana, la cual muchos de sus sectores viven de exportar sus productos, los cuales verán disminuir las ganancias obtenidas, situación que puede llevar a una quiebra en muchas empresas del país.
Por el contrario, si no las sube, la inflación puede seguir disparándose, así estas presiones inflacionarias tengan su origen en el ámbito internacional, y puede generar un clima de desconfianza para la inversión en el país.
Ya el gobierno nacional y los empresarios están presionando a la Junta Central del Banco y cualquier decisión que tomen, va a generar una gran polémica en el país, y medirá el pulso de la independencia del Emisor respecto al gobierno.
La situación se agrava con la crisis económica que se atraviesa a nivel internacional, donde la crisis hipotecaria en los Estados Unidos parece no ceder y llevar a este país al borde del colapso, el cual en un afán desesperado de evitar la crisis general, efectúa emisiones masivas de dólares, y los distribuye por el mundo, además de bajar sus tasas de interés internas, siguiendo los modelos económicos keynesianos para la reactivación de la economía.
Aunque la reserva federal emita dinero a diestra y granel, estas emisiones no están sustentadas en un aumento real de la producción material de bienes y servicios, esto hace devaluar la moneda verde respecto a otras monedas mundiales, en Colombia, la apreciación de nuestra moneda respecto al dólar en lo corrido del 2008 va en un 15.4%
Por su parte, el verdadero problema radica en la baja de las tasas de interesa internas, debido a que no se hace rentable invertir dinero en títulos de deuda publica en Estados Unidos dada la poca rentabilidad que se tiene de estos, y lo mas seguro, será que los dueños de estos grandes capitales buscaran otros países que les ofrezca una mayor rentabilidad.
Esta situación presentada en el ámbito internacional no seria un problema para Colombia, si no existiesen presiones inflacionarias en el país, pero los alimentos y los combustibles han puesto un velo temor en las autoridades monetarias locales donde se ve poco probable cumplir las metas de inflación fijadas para este año.
La Constitución Colombiana obliga al Banco de la Republica a mantener estable el poder adquisitivo de los colombianos, es decir, mantener la inflación en niveles cercanos a 0%, por tanto, presiones inflacionarias no hacen cumplir esta meta, para esto, el banco usa las tasas de interés internas para detener o acelerar dichas presiones.
Este método siempre ha sido utilizado por el banco pero siempre en un escenario de revaluacion del dólar respecto al peso colombiano y no en una situación contraria, es decir, de revaluacion del peso respecto al dólar.
Si el Banco de la Republica aumenta la tasa de interés, entraran dólares masivamente al país, por las mejores rentabilidades que se pueden obtener, situación que acelerara la devaluación del dólar y dejara muy mal parada la industria colombiana, la cual muchos de sus sectores viven de exportar sus productos, los cuales verán disminuir las ganancias obtenidas, situación que puede llevar a una quiebra en muchas empresas del país.
Por el contrario, si no las sube, la inflación puede seguir disparándose, así estas presiones inflacionarias tengan su origen en el ámbito internacional, y puede generar un clima de desconfianza para la inversión en el país.
Ya el gobierno nacional y los empresarios están presionando a la Junta Central del Banco y cualquier decisión que tomen, va a generar una gran polémica en el país, y medirá el pulso de la independencia del Emisor respecto al gobierno.
Aunque estamos en contra de la única función que ejerce el Banco Central, y el manejo desde el gobierno nacional de la actividad económica del país, lo único cierto es la recesion que se avecina para el país, lo cual puede utilizarse para cambiar de lineamientos económicos y desarrollar una economía que beneficie a todos los colombianos.