Colombia importó para el 2008, 5´164.257 toneladas de cereales las cuales costaron 40.1 por ciento más de lo que se pagó en el 2007 por la misma cantidad importada. Cada tonelada pasó de 180 a 251 dólares, un aumento de 39.4 por ciento.
De acuerdo a la información del Dane, el valor de la harina de maíz y otras harinas aumento 23.26 por ciento. El costo de harina para pastas ha subido en 32.54 por ciento y lo mismo ha ocurrido con el pan que ha incrementado en un 16.1 por ciento, los productos de panadería en un 11.77 y los aceites en un 37.95 por ciento.
La inflación aumento 5.93 por ciento, afectando el incremento en los productos de la canasta familiar, los cuales aumentaron en un 8.61 por ciento. El incremento y la inflación en los alimentos esta siendo importada, debido a que los precios en los alimentos en el nivel internacional se han disparado.
El bulto de 50 kilos de la harina pasó de 51.000 pesos en marzo del 2007 a 93.000 pesos a finales del año pasado. Durante el primer trimestre del 2008 volvió a subir a 110.000 pesos.
Aunque este mes el precio de la harina se redujo a 90.000 pesos el bulto, la inestabilidad que reportan los cereales en el mercado internacional y la incertidumbre de lo que podría ocurrir con los alimentos, entre ellos el trigo, a causa de la producción de biocombustibles no es muy alentador para el sector de la panadería.
Los incrementos en los precios de la harina de trigo han afectado principalmente al sector panadero; el valor del producto se duplico en los últimos 16 meses, por lo que se ha cambiado la formula de la fabricación de pan.
En este punto es importante nombrar que Colombia no es autosuficiente en la producción de trigo, por lo cual debemos importarlo. En el país se cultivan un poco más de 18.000 hectáreas del producto, equivalente a 48.000 toneladas.
Las continuas alzas en los precios de la harina han obligado a las panaderías a que reemplace el trigo con harina de yuca o papa. El problema es que aunque se reformulen cambios en la fabricación de pan, esta alternativa será temporal ya que se está pensando también en la producción de biocombustible a partir de alimentos como la yuca lo cual incrementaría el precio del producto en el país.
Declaraciones como las de Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia no son tan alentadoras al panorama, recalcó “Cuando se depende de un producto importado, que ha subido más de 80 por ciento, es necesario cambiar hábitos de consumo o reemplazar parte del trigo con arroz o quinua…. mientras no haya un gran subsidio del gobierno, esos productos no van a bajar”.
La inflación aumento 5.93 por ciento, afectando el incremento en los productos de la canasta familiar, los cuales aumentaron en un 8.61 por ciento. El incremento y la inflación en los alimentos esta siendo importada, debido a que los precios en los alimentos en el nivel internacional se han disparado.
El bulto de 50 kilos de la harina pasó de 51.000 pesos en marzo del 2007 a 93.000 pesos a finales del año pasado. Durante el primer trimestre del 2008 volvió a subir a 110.000 pesos.
Aunque este mes el precio de la harina se redujo a 90.000 pesos el bulto, la inestabilidad que reportan los cereales en el mercado internacional y la incertidumbre de lo que podría ocurrir con los alimentos, entre ellos el trigo, a causa de la producción de biocombustibles no es muy alentador para el sector de la panadería.
Los incrementos en los precios de la harina de trigo han afectado principalmente al sector panadero; el valor del producto se duplico en los últimos 16 meses, por lo que se ha cambiado la formula de la fabricación de pan.
En este punto es importante nombrar que Colombia no es autosuficiente en la producción de trigo, por lo cual debemos importarlo. En el país se cultivan un poco más de 18.000 hectáreas del producto, equivalente a 48.000 toneladas.
Las continuas alzas en los precios de la harina han obligado a las panaderías a que reemplace el trigo con harina de yuca o papa. El problema es que aunque se reformulen cambios en la fabricación de pan, esta alternativa será temporal ya que se está pensando también en la producción de biocombustible a partir de alimentos como la yuca lo cual incrementaría el precio del producto en el país.
Declaraciones como las de Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia no son tan alentadoras al panorama, recalcó “Cuando se depende de un producto importado, que ha subido más de 80 por ciento, es necesario cambiar hábitos de consumo o reemplazar parte del trigo con arroz o quinua…. mientras no haya un gran subsidio del gobierno, esos productos no van a bajar”.