Hasta donde la intervención imprudente del Banco de la república.


Hace algunos meses acceder a un crédito de libre consumo, una hipoteca, una tarjeta de crédito que abundan en tantos locales comerciales, crédito hasta con carga a la factura de servicio de luz, parecía ser una opción de calidad de vida, todas las personas estrenando, sin embargo, con tanto ajuste resulta inviable el consumo de la oferta de créditos. ¿Quien se está beneficiando detrás de toda esta estrategia?
Si un trabajador cualquiera obtuvo un crédito para compra de vivienda por 30 millones de pesos a un plazo de diez años a una tasa fija de interés de 12,68 por ciento, sus cuotas se estimaban en 430.372 pesos. No obstante, de haber tomado el préstamo hoy lunes, la cifra sería de: 482.794 pesos.
El desespero por contener la revaluación, el costo de vida que aumenta día a día, en otras palabras lo que los expertos llaman inflación, el desempleo que se mantiene, aunque se hable de un crecimiento económico casi de proporciones de milagro asiático, llevan a tomar medidas desesperadas, cuando en realidad lo que se debería parar es la alta expansión de gasto del estado por cuenta de la guerra y la corrupción incontenible.


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