{image}http://www.eldia.co/images/stories/210410/14.jpg{/image}La política monetaria en Colombia, es ejercida por el Banco de la República de forma autónoma, y su principal función es garantizar la estabilidad de precios, con el fin de evitar distorsiones en los mercados y garantizar el poder adquisitivo de los colombianos.
Dicha función la tiene por mandato constitucional, lo cual limita la capacidad del Banco para intervenir en cuestiones vitales de la economía nacional, debido a que sus esfuerzos deben estar siempre encaminados a mantener la tasa de inflación baja y constante, sin importar otros problemas que se presenten como el desempleo y el nivel de inversión.
Para llevar a cabo su tarea, la junta directiva del Banco, cuenta con un instrumento poderoso que es la tasa de interés, la cual manipula dependiendo del comportamiento de la tasa de inflación.
Actualmente, la tasa de inflación del país es inestable, y el juego de subir y bajar las tasas de interés por parte del Banco, genera nerviosismo en los empresarios, inversionistas, y todos aquellos que tengan relación con el sector financiero, porque manipular dichas tasas en la actual coyuntura económica, resulta muy nocivo en los planes de inversión de las empresas.
Si a lo anterior, le sumamos las expectativas negativas de los empresarios y comerciantes en el tema de la reactivación económica, se ve muy lejos la recuperación del empleo en el país, lo cual conduciría a mantener constante el deterioro de la actividad productiva vivida en el 2009.
Ni siquiera la política de bajar la tasa de interés, le sirve a la mayoría de colombianos que utilizan el sistema financiero, dado que el Banco de la República, no puede incidir sobre las tasas de prestación de los bancos comerciales cuando prestan circulante a los usuarios que lo solicitan y estas siguen siendo muy altas.
El sistema financiero, es parte vital de las economías de mercados como la nuestra, y en muchos países este sistema sirve a la creación de empleo, fomento de la industria, generación de bienestar social, donde no solo ellos obtienen buenas ganancias, sino que logran un mayor poder adquisitivo de las poblaciones respectivas. Pero en Colombia, entre más ganancias obtiene el sistema financiero, auspiciadas por el Banco de la República, mas se empobrece la población colombiana.
Es hora de aunar esfuerzos y buscar que el Banco de la República no solo este pendiente de favorecer a los grandes empresarios del país con inflaciones y tasas de interés bajas, sino que logre ser una institución que fomente el crecimiento económico y el desarrollo social, para construir una sociedad mas justa y no la que actualmente tenemos, donde prima la inequitatividad en la distribución de la riqueza y donde la mayoría de la población es pobre.
Para llevar a cabo su tarea, la junta directiva del Banco, cuenta con un instrumento poderoso que es la tasa de interés, la cual manipula dependiendo del comportamiento de la tasa de inflación.
Actualmente, la tasa de inflación del país es inestable, y el juego de subir y bajar las tasas de interés por parte del Banco, genera nerviosismo en los empresarios, inversionistas, y todos aquellos que tengan relación con el sector financiero, porque manipular dichas tasas en la actual coyuntura económica, resulta muy nocivo en los planes de inversión de las empresas.
Si a lo anterior, le sumamos las expectativas negativas de los empresarios y comerciantes en el tema de la reactivación económica, se ve muy lejos la recuperación del empleo en el país, lo cual conduciría a mantener constante el deterioro de la actividad productiva vivida en el 2009.
Ni siquiera la política de bajar la tasa de interés, le sirve a la mayoría de colombianos que utilizan el sistema financiero, dado que el Banco de la República, no puede incidir sobre las tasas de prestación de los bancos comerciales cuando prestan circulante a los usuarios que lo solicitan y estas siguen siendo muy altas.
El sistema financiero, es parte vital de las economías de mercados como la nuestra, y en muchos países este sistema sirve a la creación de empleo, fomento de la industria, generación de bienestar social, donde no solo ellos obtienen buenas ganancias, sino que logran un mayor poder adquisitivo de las poblaciones respectivas. Pero en Colombia, entre más ganancias obtiene el sistema financiero, auspiciadas por el Banco de la República, mas se empobrece la población colombiana.
Es hora de aunar esfuerzos y buscar que el Banco de la República no solo este pendiente de favorecer a los grandes empresarios del país con inflaciones y tasas de interés bajas, sino que logre ser una institución que fomente el crecimiento económico y el desarrollo social, para construir una sociedad mas justa y no la que actualmente tenemos, donde prima la inequitatividad en la distribución de la riqueza y donde la mayoría de la población es pobre.