{image}http://eldia.co/images/stories/160410/aurelio.jpg{/image}Mockus anunció que, de llegar a la Presidencia, vendería el 15% de Ecopetrol. Por tal razón, la privatización de la Empresa de Energía de Bogotá (EEB) es tema obligado en el debate electoral, en tanto ese modelo, que él aplicó en septiembre de 1997, podría ser el que se implantara para esa futura transacción. Hay que desentrañar si fue una cruda aplicación del Consenso de Washington, mediante el traslado ventajoso al capital privado, o la mera mutación en “empresa mixta”.


A la sazón caben los juicios de Diego Otero, autor de un libro al respecto y viceministro de Minas y Energía en 1994 y 1995, quien sentenció: “Lo primero que se puede concluir tajantemente es que nunca debió hacerse la privatización…en la forma que se hizo. Había necesidad, a lo máximo, de vender El Guavio”. Y también el de Eduardo Sarmiento: “Uno de los casos más decepcionantes ha sido la Empresa de Energía de Bogotá…La operación no podía ser más inequitativa. La mitad de la empresa valía US$3.000 millones, se ofreció a un pecio mínimo de US$900 y se vendió en US$1.700 millones”. El viejo truco de pedir por debajo para que, cuando el postor ofrezca por encima, se declare un “negociazo”.

El Grupo español Endesa adquirió inicialmente, por la cifra mencionada, el 11% del consorcio matriz EEB y, además, el 38% de cada una de las filiales, Emgesa y Codensa. Ese acuerdo, avalado por Mockus, incluía una cláusula absurda: Endesa, en esa condición minoritaria, controlaría la gestión empresarial en las dos firmas subsidiarias, predominando sobre el porcentaje público mayoritario.

Endesa, con tal poder, estimuló cuatro veces la descapitalización de las filiales por un total de US$1.328 millones, con esto, más los dividendos recibidos, recuperó en 7 años más de la mitad de lo invertido. Esa maniobra tuvo la connivencia de Mockus, Peñalosa y Garzón, en sus respectivos gobiernos, justificándola a nombre de “lo social”, para comedores, becas y otras más.

El Grupo Entrecanales, constructor de la hidroeléctrica de El Guavio y beneficiario de, al decir de Andrés Hoyos, “unos funcionarios avivatos que saquearon” la empresa de energía en ese entonces, compró Endesa en el año 2008 y por esa vía, quién lo creyera, terminó como mandamás en Emgesa y Codensa. Hace poco entregaron esa posesión a ENEL, que ahora maneja la energía en Bogotá y cuyo socio principal es el Estado italiano.

Si el proceso para la enajenación del 15% de Ecopetrol en un gobierno “verde” fuere similar al de EEB, no serán descartables engañifas iguales, fundadas en que el 25% privado podría primar sobre el 75% estatal. Sería otra innovación matemática del candidato presidencial de hoy.

 


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