{image}http://www.eldia.co/images/stories/310510/003.jpg{/image}Los resultados de las elecciones presidenciales del 30 de mayo muestran una relativa estabilidad en la correlación de fuerzas entre Uribistas y las fuerzas de la oposición e independientes. En el año 2006 el Presidente Uribe logró un 62.35% de los sufragios, mientras que Carlos Gaviria obtuvo un 22,03%, seguido por Horacio Serpa con un 11.84% de los votos, y Antanas Mockus con un 1.24%. En resumen, Uribe obtuvo un 62.35% de los votos mientras que las fuerzas de oposición incluyendo a Mockus lograron un 35.11%.

Para las elecciones del año 2010 los Uribistas: Santos, Vargas Lleras y Noemí obtuvieron respectivamente 46.5, 10.15, y 6.14 por ciento, lo que equivale a un 62.86% de la votación total, por otra parte, las fuerzas ajenas al Uribismo obtuvieron un 35% de los votos.  Lo anterior muestra que las fuerzas políticas en el país permanecen estables después de 4 años de gobierno, con un sector de Derecha que ha mantenido una mayoría cercana a las dos terceras partes de los votantes, y un polo progresista que recoge a cerca del 35% del total.

Varias conclusiones se pueden extraer de lo anterior: en primer lugar que el relativo éxito de Mockus en las semanas precedentes, no lo debe tanto a su personalidad sino a un conjunto de circunstancias históricas que lo hicieron atractivo a un sector importante de la población. Estas mismas circunstancias habían jugado a favor de Carlos Gaviria en el año 2006, en ambos casos los candidatos parecen haber sido escogidos por un movimiento social que busca una renovación en las costumbres políticas y el avance hacia un modelo distinto de sociedad.  Los candidatos no habrían hecho otra cosa que ponerse a la cabeza de una multitud que ya se dirigía hacia alguna parte.

Por otro lado, es al menos curioso que los resultados de las elecciones hayan estado tan alejados de los pronósticos hechos por  las encuestas, algunos hechos pueden matizar el mal sabor que deja este desfase: (1) la ley no permite la publicación de encuestas una semana antes de las elecciones, (2)  la tendencia que mostraron las encuestas antes de la primera vuelta era la de una progresiva recuperación de Santos.

Sin embargo, un artículo publicado en la revista razón pública por Jorge Gaitán Villegas muestra que el promedio final de las encuestas fue de 35.7%, para Santos, en tanto que su resultado electoral fue de 46.56%, lo que equivale a un -10.86% de diferencia. Para Mockus el resultado es inverso: el valor predicho fue de 34.6%, y el real de tan sólo 21.49, una diferencia de 13%. Sin contar con las substanciales diferencias respecto a otros candidatos, por ejemplo Gustavo Petro obtuvo 3.45% más de lo que se esperaba, llegando a un significativo 9.15%.

Evidentemente estos resultados superan con mucho el margen de error y dejan cierto desconcierto sobre los resultados, al respecto se pueden esbozar tres posibles explicaciones -suponiendo la buena fe de los participantes en el proceso electoral-: que en la semana en que no se realizaron encuestas haya cambiado substancialmente la intención de voto; que las encuestas no fueron lo suficientemente serias en su planteamiento metodológico.

En tercer lugar: como es sabido, las personas que no votan tienden a estar más a la izquierda que aquellas que votan regularmente, se esperaba que muchos abstencionistas se movilizaran a favor de Mockus en estas elecciones. Sin embargo la tasa de participación se mantuvo en una cifra cercana al promedio histórico, lo que implica que los abstencionistas finalmente no se movilizaron en cantidades suficientes para derrotar a las maquinarias políticas. En este sentido parece haber fallado la estrategia de activación del voto por parte de la campaña del Candidato Verde, especialmente entre los jóvenes.

Como conclusión podemos decir que en la presente campaña se mantiene una relativa estabilidad en la correlación de fuerzas entre los no Uribistas y los Uribistas.  Sin embargo esta posible estabilidad tiende a romperse con los movimientos que se produzcan en las próximas semanas en el Partido Liberal, dado que varios de sus parlamentarios probablemente pasarán a hacer parte de la campaña de Santos y eventualmente de un gobierno suyo.

Para la segunda vuelta muy probablemente el presidente sea Santos, sin embargo parece que después de conocer los resultados electorales el candidato Mockus está más cerca a una alianza electoral con el Polo Democrático que lo que estuvo en días anteriores, esta parecería la única alianza partidista posible para el Partido Verde dado que los afectos de los integrantes de Cambio Radical son más cercanos a La U, mientras que los candidatos Conservador y Liberal dejaron a sus votantes en libertad de decidir. 

En todo caso, realizar el ejercicio electoral de cara a la segunda vuelta es  necesario para medir las posibilidades de votación de una alianza progresista, esta vez con el Polo Democrático como uno de los ejes articuladores de la propuesta. Este ejercicio es necesario porque el PDA debe buscar establecer una relación más cercana con la franja de los independientes, la cual en esta ocasión votó mayoritariamente por Mockus pero que puede, eventualmente, acercarse de nuevo al Polo.


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