{image}http://www.eldia.co/images/stories/210910/004.jpg{/image}Desde enero de 2010 la Policía Antinarcóticos estableció una base de operaciones en Guapi (Departamento de Cauca-Costa Pacífica), lugar desde el que coordinan las rutinas de fumigación en la Región. Esto en respuesta a las exigencias de Estados Unidos respecto a los tratados de cooperación en la supuesta lucha contra el narcotráfico, omitiendo el principio de consulta de los pueblos.
Dos Policías Antinarcóticos que habían logrado permanecer hospedados en el Hotel Río Guapi alrededor de un año, fueron expulsados por la comunidad. Su presencia representaba una amenaza permanente para los huéspedes, los vecinos y la Regional COCOCAUCA, ubicada frente al mismo, ya que convertían esta zona de la ciudad en objetivo militar.
Prueba de ello fue el hecho registrado la noche del 7 de diciembre del año pasado, cuando una granada hizo explosión frente a las instalaciones del Hotel, la cual había sido lanzada por unos extraños en contra de un Policía que -supuestamente- se encontraba de guardia.
Como resultado de estas acciones murió una menor de 2 años y su joven madre de 20; quedó un policía herido de gravedad y un grupo de más de 10 personas afectadas.
Vale la pena anotar, que las constantes aspersiones aéreas con glifosato, para combatir los cultivos ilícitos, representan además un riesgo para la salud humana y la preservación del bosque tropical del pacífico colombiano. El pasado 22 de mayo (Día Internacional de la Biodiversidad) un importante grupo de intelectuales internacionales puso a circular un oficio en el que exigía al gobierno de turno el cese inmediato de las fumigaciones en la Costa Pacífica del Cauca, ya que se constituía como “un crimen contra la humanidad y la biodiversidad”.
Los mismos también se mostraron preocupados por la presencia permanente de la Policía Antinarcóticos en el Hotel, por lo cual se emprendieron acciones para alejar la presencia de oficiales armados, logrando finalmente su cometido. La comunidad guapireña agradece a este grupo de intelectuales y a todas las personas que se han solidarizado con su causa, pues de están contribuyendo a garantizar la permanencia de la comunidad en sus territorios étnicos colectivos.
