{image}http://www.eldia.co/images/stories/121010/007.jpg{/image} Rubén Darío Vivas secretario de comunicaciones de la Asociación Sindical de Maestros de Medellín, en entrevista para eldia.co, denuncia cómo miles de niños de las comunas 13 y nororiental, son usados por las bandas criminales como carne de cañón.

Un maestro que no tiene pelos en la lengua "Esto es surrealista. Los mandos medios de las bandas en dichas comunas utilizan a los niños para que en sus loncheras lleven granadas y armas de fuego en vez de la bienestarina y así pasar  de un lugar a otro en esta guerra absurda que lleva años", denuncia.

Aclara que en estos últimos diez años, a raíz de la ley de Justicia y Paz y después de la extradición de los capos de la droga, se han generado vacíos de poder que se disputan estas bandas en las calles, en especial en las citadas comunas.

"En medio de este fuego cruzado queda la población civil, y nosotros los maestros con sus instituciones educativas. La realidad es que los grupos al margen de la ley, tienen un inmenso poder sobre la vida de los habitantes", denuncia.

"La situación es tal que para pasar de un barrio a otro se necesita de un salvoconducto y si una novia quiere visitar a un chico, debe pagar una boleta, en un absurdo estado de cosas", relata.

Añade que " es una situación que el Estado no puede resolver y menos nosotros como educadores. Lo que hacemos nosotros como sindicato es acompañar a nuestros colegas maestros brindándoles apoyo, ayuda sicológica, por la gran presión que sufren allí a través del Comité de Amenazados".

"Con el gobierno de la ciudad hemos tratado de tener una interlocución para dar nuestra visión del problema y contribuir a soluciones".

Vivas recuerda, entonces, movimientos como el de España "Basta ya”, que movilizaron a toda la ciudadanía contra el terror de Eta. "Aquí ya la gente esta mamada de esta violencia y comienza a organizarse por acuerdos contra esta guerra inútil".

"El Estado debe ir más allá de la militarización de las comunas, y de pretender convertir a todos en sapos, pues eso significa  echarle más candela al conflicto", enfatiza.

Está convencido, como su sindicato que agrupa a 1800 maestros de Medellín, que "estamos frente a una olla de presión que puede estallar sino se toman las medidas sociales de adecuadas que solucionen los problemas más acuciantes de los pobladores".

"Es importante que a través de estos medios y de las redes sociales, se conozca nuestra aguda realidad y sentirnos así menos solos", concluye.


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