{image}http://eldia.co/images/stories/091210/02.jpg{/image}Los días 25 y 26 de noviembre, las mujeres de la ICEM COLOMBIA nos reunimos para recordar la fecha de la no violencia contra las mujeres, por que no debe ser una celebración y no se debe mantener por siempre, por que este flagelo debe erradicarse de forma definitiva.
La violencia contra las mujeres afecta sus derechos humanos ya que afecta su dignidad, la libertad y la vida.
La década del 75 al 85, fue declarada por las Naciones Unidas como la década de las Mujeres y todos los Gobiernos deberían reunirse cada 5 años para definir políticas tendientes a erradicar la discriminación y la violencia, de la misma manera declaro el 8 de marzo como el día internacional de los derechos de las mujeres trabajadoras.
Existen al respecto, a nivel internacional, normas que en Colombia fueron ratificadas mediante la ley 51 de 1981 y su desarrollo data del 2005, por esto se crearon las comisarias de familia para que allí se denuncien todo tipo de violencias, pero ni los funcionarios que las aplican, ni las mujeres que las denuncian han sido instruidos sobre estas normas, ni sus efectos, menos como plantear las denuncias.
Por otra parte por iniciativa de la bancada de mujeres en el congreso, por los movimientos de mujeres, por la academia, y muchos otros actores interesados, se elaboro la ley 1257 de 2008, por el derecho de las mujeres a una vida libre de violencias.
Este XVI encuentro nacional de mujeres, fue aprovechado por para profundizar en estos temas y analizar en que medida nosotras como mujeres trabajadoras hemos sido afectas por estas violencias que contienen atropellos con relación al machismo, a la clase social, a nuestro trabajo, a las etnias, etc. De la misma manera exhortamos a todas las mujeres del país y del mundo para que se unan a esta noble causa.
Nuestro compromiso con la ICEM y con el movimiento sindical, es seguir luchando para que este tipo de discriminaciones y violencia se erradiquen en todas las instancias de la sociedad, en nuestro trabajo en nuestros hogares y en todo los lugares en los que ejercemos nuestro papel de trabajadoras, de esposas, de madres.