Alarmante la situación alimentaría que atraviesa el país en la ultima década,  aunque las  tierras cultivables de Colombia  han registrado un leve aumento,  los cultivos  de  maíz, soya, sorgo,  cebada, soya y otros que sirven de materia primas para productos agroindustriales se han reducido a la mitad, situación inversa viven las importaciones de los cereales al país, las cuales desde el 2000 hasta hoy han aumentado alrededor de un 50% expresaron órganos oficiales del gobierno.
 
Según la SAC, de mantenerse la tendencia de importar alimentos, el desempleo en el sector rural seguirá aumentando de una manera drástica, donde el año pasado se situó en 6,9%.

Por un lado, es preocupante las decisiones que toman los compradores de materias primas agroindustriales, quienes ejercen una posición dominante en este mercado,  donde se le presenta mejor importar estos productos que comprar las cosechas nacionales, lo que genera un sobreexcedo de oferta y tiende el precio de estos productos a la baja.

Esta práctica hace que el negocio de siembra de cereales sea poco rentable para los campesinos, que prefieren sembrar otras cosas ilegales, que dejan más rentabilidad que ponerse a sembrar cultivos tradicionales.

Aparte de todo, Colombia importa  leguminosas como la arveja, fríjol, lenteja,  y garbanzo, el país cubre la demanda nacional de papa, arroz y huevo, el cual de aprobarse el TLC con Estados Unidos dejaría  la producción de estos 3 últimos productos mencionados en una situación crítica.

Productos como la caña, la palma de cera y el palmito han aumentado sus tierras cultivables, pero estos productos se están utilizando para exportar y para la producción de biocombustibles, lo que hace pensar que las tierras colombianas no están produciendo para la demanda nacional.

Al haber menos tierra donde cultivar, se atenta contra la seguridad alimentaría del país, porque nunca se sabe cuando los países a los cuales se les importan los cereales, dejaran de mandarnos  esos productos, y aparte, la menos producción de alimentos genera presiones inflacionarias en el país, dado que al haber menos oferta, los demandantes estarán dispuestos a pagar mas que el precio que estipula el mercado.

Hacemos un llamado a las autoridades nacionales a pensar primero en la seguridad de la nación ella incluye la capacidad del país para abastecer de alimento a toda su gente, además de los recursos energéticos, vivienda, vestido, etc., donde por culpa del comercio internacional se esta dejando a los  colombianos sin subproductos básicos para la existencia.


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