Después de las caídas vertiginosas de las bolsas  del mundo en el mes de enero, le toca ahora al petróleo bajar de precio, los umbrales de los 100 dólares por barril, son un mero recuerdo del pasado y su precio ha caído considerablemente.
 
De las reuniones de la OPEP de regular la oferta del crudo para presionar un alza en el precio del combustible, incluso de subirlo unilateralmente si Estados Unidos invadía a Irán, solo queda un temor general, porque en caso de una quiebra estaudinense, el crudo puede bajar vertiginosamente de precio y dejar a los países de la OPEP viendo un chispero.

El día de hoy, el precio se cotiza en los mercados mundiales a un precio de 89 dólares aproximadamente, en Nueva Cork se negocio a 89,02 dólares el barril, en Londres se cotizo en 89,45 dólares y en Paris.

Cuando el mercado bursátil mundial, abrió sus puertas el lunes y se supo el ahondamiento de la  recesion en Norteamérica, temor que hizo perder 3 dólares al liquido negro por temor a una reducción de la demanda energética de la mayor economía del mundo.

Se espera que el precio de dicho combustible siga bajando, dado una reducción de la demanda debido a las heladas en el hemisferio Norte del planeta, aunque la situación con el desempleo norteamericano hará que los habitantes de Estados Unidos hagan  previsión para un menor consumo de gasolina y de otros productos derivados del petróleo, esto hace prever un precio de 85 dólares  o menor a este tope.

Lo interesante de esta situación es la posición de la OPEP, dado los diferentes sistemas políticos que ejercen los países integrantes de dicha organización, como la monarquía en Arabia Saudita, el socialismo en Venezuela,  el capitalismo en Emiratos Árabe,  el fundamentalismo árabe en Irán, todos quieren los petrodólares para financiar sus proyectos políticos y las posiciones beligerantes tomadas en noviembre se desvanecieron cuando vieron que la crisis norteamericana desataría una caída vertiginosa de los precios del crudo y repetir la crisis del 70 que sufrió dicho combustible.

Esperemos no se desate una crisis energética en el mundo, porque de caer los precios del barril, Colombia se vería afectado aun mas por la crisis mundial, dado que su industria numero 1 dejaría de percibir  las enormes ganancias que actualmente obtiene, lo cual haría aumentar el déficit fiscal del gobierno.


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