{image}http://www.eldia.co/images/stories/270410/008.jpg{/image}¿Podrá un país decente tener en la presidencia a alguien sobre quien pesa una orden de captura y extradición por el delito de homicidio?
El caso podría darse si el pueblo colombiano decide votar por Juan Manuel Santos, ya que todo indica que las cortes de Ecuador mantendrán la providencia judicial de detenerlo por haber ordenado el ataque a un campamento de las Farc en la provincia de Sucumbíos el 1 de marzo de 2008.
Juan Manuel Santos, que ahora aparece de segundo en las encuestas, a 9 puntos del candidato Mockus, es juzgado por asesinato tras el bombardeo.
En dicho ataque, del cual el propio Santos ha dicho sentirse orgulloso de haber liderado, murieron 26 personas, entre ellas uno de los cabecillas de las Farc, ‘Raúl Reyes’, el ecuatoriano Franklin Aisalla y tres estudiantes mexicanos.
La Corte de Sucumbíos confirmó el pedido de captura, al resolver una apelación presentada por el abogado Wálter Lombeida, defensor de oficio de Santos.
Durante la audiencia, la Fiscalía ecuatoriana señaló que insistirá ante la Corte Nacional de Justicia, el mayor tribunal de justicia del país, para que tramite la extradición de Santos por medio de la Cancillería ecuatoriana.
Santos y los generales colombianos Freddy Padilla, jefe de las Fuerzas Militares; Óscar Naranjo, jefe de la Policía; y Mario Montoya, ex comandante del Ejército, habían sido acusados por el fiscal de Sucumbíos, Carlos Jiménez, como autores de asesinato al haber dirigido el bombardeo.
El presidente Uribe de inmediato salió en defensa de Santos y su cúpula militar. Aduce que la medida judicial, olvidando la separación de poderes, atenta contra el restablecimiento de las relaciones diplomáticas rotas por Ecuador a raíz de la agresión.
No hay duda que Colombia debe responder ante la justicia internacional por la intervención militar de la cual el mismo Uribe pidió perdón en dos ocasiones al presidente Correa de Ecuador.
Pero para las autoridades judiciales del vecino país, eso no basta. Alguien debe responder por la acción criminal, prohibida por el derecho internacional y las costumbres de buena vecindad entre las naciones.
Todo indica que la bajada en picada de Santos en las encuestas, también tiene que ver con el temor que le produce al electorado colombiano llevar a la Casa de Nariño a quien admite estar orgulloso de haber ordenado la incursión militar, pues eso indica que lo volvería a hacer precipitando una guerra entre países hermanos.