{image}http://www.eldia.co/images/stories/040510/003.jpg{/image}No podía el aparato de inteligencia a cargo de la Presidencia de la República, estar en el peor de los mundos. Hoy se revelan nuevos escándalos que en el fondo desprestigian al límite a Uribe.

Valencia Cossio, ministro del Interior,  acaba de revelar que el DAS está involucrado en los magnicidios de Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro, lo que amerita, según dice,   acabarlo de una vez por todas.
Al mismo tiempo, reconoció que él mismo fue víctima de las chuzadas como tantos colombianos.

Y en esta espiral de denuncias de hoy, resalta sobre todo la del ex director de inteligencia de la agencia de la Presidencia, Carlos Arzayús,

Candidatos presidenciales opositores al Presidente Uribe fueron algunos de los principales blancos de las interceptaciones y persecuciones ilegales que se adelantaban desde el interior del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, reveló.

Los ex candidatos presidenciales Carlos Gaviria Díaz, Luis Eduardo Garzón, Álvaro Leyva Durán, así como el senador Gustavo Petro, lideraban la lista manejada por el G-3, la tenebrosa oficina especializada en seguimientos y chuzadas.

Este subgrupo creado al interior del DAS también tenía como presuntos blancos políticos a los defensores de derechos humanos Gloria Cuartas y Reinaldo Villaba, así como al ex presidente de la Corte Constitucional (hoy candidato presidencial), Jaime Araújo Rentería y la magistrada de esa Corporación Clara Inés Vargas.

El ex funcionario0, hoy bajo las rejas, señaló también que esta situación no es de ahora sino que viene desde 1971. Lo que quiere decir que en los últimos  ocho años  se presentó con igual o peor intensidad.

Lo que llama la atención es que el ministro del Interior no incrimine por ninguna parte a su jefe, el presidente Uribe. Él y nadie más responde por los asuntos del DAS, dependencia de su exclusiva responsabilidad por ley.

Todo indica, como han señalado algunos encartados, que las órdenes de seguimiento y espionaje telefónico, no solo a políticos de oposición sino a destacados periodistas, provenían de la Casa de Nariño.

El Estado no se maneja solo. La responsabilidad de su quehacer , ya sea por acción  o por omisión, corresponde en este caso al propio jefe del Estado.

Tarde o temprano se develará el entuerto de uno de los peores escándalos de la historia reciente del país y que demuestra hasta dónde han llegado los mandatarios en su afán de neutralizar a los opositores.

No hay duda que un ex ministro de Defensa, como Juan Manuel Santos, tan cercano a Uribe  en todo este periodo, debe saber mucho sobre este caso que salpica todos los días el régimen de la mal llamada seguridad democrática, una de  cuyas piezas más emblemáticas es precisamente el DAS.


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