“Con el fracaso de ayer de la mesa de concertación entre el gobierno, empresarios y trabajadores para fijar el salario mínimo, se demostró ante el país la validez de la posición de la CUT de no participar allí pues solo se quería validar que esta administración sí está por los arreglos participativos”, denunció a eldia.co, Tarsicio Mora, presidente de la CUT.
Añadió que “se puso fin a una obra de teatro y aquellos compañeros que nos insistían en no retirarnos quedaron muy mal frente a una situación en que la posición de la patronal no se movió un milímetro con su propuesta de un alza del 3%”.
“Hemos logrado desenmascarar un espacio que no tenía trascendencia alguna para los trabajadores y que año tras año utilizaba el gobierno ante la opinión pública y la Oficina Internacional del Trabajo para darse ínfulas de concertación y diálogo”, subrayó.
Obviamente la referencia iba contra la CTG y la CTC que hasta última hora se prestaron para esta farsa.”Incluso vimos ayer como alguno de estos dirigentes no descartan entrar al gobierno como ministros mientras critican que el gobierno no haya podido someter a los empleadores a que concertaran un alza más allá del 3%”.
“El gobierno nunca planteó en esa mesa una propuesta salarial, solo dejó que se presentaran las ideas de los empresarios y del sector de trabajadores allí reunidos, diferentes a la CUT y la Confederación Nacional de Pensionados que desde de un principio planteamos una alza no menor del 12%”, enfatizó Mora.
Anotó que “el gobierno no da ejemplo, pues ya fijó un alza de apenas un 2.5% para los servidores públicos y maestros, de manera que en el fondo está de lado de la posición empresarial de subir el salario mínimo más allá de un 3%”.
“La CUT considera positivo que esta comedia de las mesas llegue a su fin y que los trabajadores colombianos consideren la realidad de las cosas y pierdan sus ilusiones en un gobierno que no va a satisfacer sus demandas más sentidas”, argumentó.
Sobre salidas a esta situación, el dirigente sindical señaló que “el país debe resolver el asunto de una verdadera política salarial, pues el salario mínimo no llega a más de seis millones de trabajadores y la necesidad de un control eficaz en los elementos de la canasta básica familiar, incluidos los servicios públicos para que no afecten la capacidad de compra de los colombianos”.